Había una vez un General de Ejército de gran valor delante su Rey, tanto así, que le tenía una gran estima.
Este General era un hombre valiente en extremo, de el se hablaban sus proezas al mando de un ejercito numeroso que solo conocía victorias, armados con lo mejor de la época.
No solo era valiente, además tenía destreza en la lucha cuerpo a cuerpo, era extremadamente hábil con su espada, en muchas ocasiones bajaba al campo de batalla a pelear hombre a hombre contra sus enemigos. Era un hombre muy reservado tanto así que no tenia amigos en sus tropas, solo la lealtad de sus súbditos y el respeto de todos, esto se reflejaba en la reverencia que le presentaban sus soldados, en realidad este General daba temor solo de mirarlo, se sabia que el trataba con la muerte pero no le temía, esa cualidad era la que transmitía a sus soldados que no eran capaces de mirarlo a los ojos cuando hablaban con él.
Este hombre no le tenia miedo a la muerte, no porque no pensara morir, sino más bien por el contrario porque tenia los días contados, cargaba una enfermedad irreversible que día a día lo acercaba más a la misma tumba.
Nadie de sus soldados sabia el tormento que llevaba, solos sus cercanos.
Este General no conocía a Dios, en realidad nunca se había detenido a pensar en un ser superior espiritual, por consiguiente, nunca había orado a Dios, nunca había solicitado ayuda espiritual para pedir por sanidad.
Este hombre nunca había tenido la opción de conocer a Dios, como la que UDS. Tienen de saber que existe un ser sobrenatural, que es omnipresente, que esta en todo lugar, omnisciente que todo lo sabe y todopoderoso su poder no tiene limites, poder de sobra para sanar, para hacer milagros, para resucitar, para dar salvación y vida eterna.
Pero un día así como hoy, Dios le puso en su camino a una mujer, que llego a su casa como sierva de su esposa, y esta muchacha con el tiempo se dio cuenta de la fatídica vida que tenía su señor. El General de Ejercito tenía una enfermedad incurable que lo carcomía en vida debilitándolo poco a poco, enfermedad que no tenia cura y no se conocía antídoto. Todos sabían en su hogar que el General de Ejercito iba a morir.
Con el tiempo esta muchacha decidió hablar con su señora y contarle, que de donde ella venia, vive un hombre, cuyo corazón es de Dios, tiene el poder de hacer flotar un metal desde el fondo del rió, un hombre cuyo poder dio a una viuda aceite hasta no poder contener más, desde una pequeña vasija que no se vaciaba nunca. Un hombre que cruza los ríos en seco solo con golpear las aguas con su manto, este hombre es un profeta y el tiene poder del cielo para dar sanidad a mi señor de su enfermedad incurable.
La señora contó a su esposo, el General de Ejercito, apenas llegó que había una oportunidad de ser sanado, hay un hombre poderoso que puede curarte de tu enfermedad, pero el General no quería saber más de esto, no quería sufrir otra decepción como las cientos que ya había padecido cuando todo tipo de curanderos y magos le habían ofrecido sanidad, pero lo único que hicieron fue llevarse su dinero, respondió a su mujer, no, no me digas más, estoy agotado, estoy cansado, estoy decepcionado no podré soportar una más. Entienda mi enfermedad no tiene cura.
Pero ella insiste nuevamente y le dice, mi señor inténtelo una vez más, dime ¿Cuánto darías para estar nuevamente sano?¿cuanto?. El responde-lo daría todo-.
Yo no se cuan enfermo estés, no se cuanto tiempo de vida te queda, muchos de UDS. Conocen al señor todopoderoso, pero hoy están enfermos en pecados de muerte, en deleites de corrupción, en iniquidad asesina, con mentes llenas de frutos de la carne, con pensamientos suicidas, conspirando contra la sangre de Cristo, al borde de la muerte espiritual, y se preguntan, como me gustaría volver a ser como antes, cambiar mi perversa forma de vivir, como encontrar la solución a todas mis equivocaciones, salvar mi matrimonio en charlas, psicólogos, psiquiatras, etc. Otro dirá como poder salvar a mi hijo de la drogadicción, de la delincuencia, de las malas juntas, de la muerte. Pero hoy te pregunto ¿Cuánto darías para estar sano? ¿Cuánto pagarías para recuperar tu matrimonio? ¿Cuál sería el precio para rescatar a tu hijo de las drogas y la delincuencia? ¿Cuánto para limpiar tu mente corrupta? ¿Cuánto pagarías?
No saques más cuentas, hoy quiero decirte que mi cristo ya pago, si la cuenta esta saldada, solo cree y serás salvo tu y toda tu casa.
De tanto insistir el General acepto ir en búsqueda de la cura, en búsqueda del Profeta, para él era complicado, su status social, su posición en la sociedad le impedía ir en búsqueda de aquel Profeta, hombre sin Riquezas, sin bienes, un hombre que solo vivía por fe.
Comenzó su largo camino, y en su compañía llevaba consigo talentos de plata, 6000 piezas de oro y 10 mudas de vestidos. Después de tanto caminar y buscar al profeta llego donde vivía, una casa modesta, prestada por algún agradecido de Dios, y el General con todo su poder se paró enfrente de las puertas de su casa y lo mando a llamar.
El profeta estando adentro escucho el llamado y sabía quien estaba afuera buscándolo, también sabia que este General no tenia una pizca de fe, no creía en el poder de Dios, sabia que estaba ahí por cumplir, para ver como una vez más su sueño de sanar no se hacia realidad.
Por esa falta de fe, Eliseo no salio a recibirle y le envía a su criado para que le diga al General.” Mi señor Eliseo manda a decir que si se sumerge 7 veces en el rió Jordán serás limpio y sanaras de tu lepra.
Pero como se enojo este general de Ejército, no podía creer que el profeta no se halla presentado a recibirle y además lo enviara a un sucio rió a sumergirse.
El se imaginaba que salía Eliseo de su casa, invocara a su Dios, que Dios se manifestaría con truenos y rayos y movimiento de tierra y todo eso, incluso refuto diciendo en mi país hay ríos más limpios y puros que ese y se fue sin hacer caso a las palabras del profeta.
Pero sus criados se le acercaron y le dijeron: Señor hemos viajado tanto y ahora no que estamos cerca no lo va a intentar, ¿todo este esfuerzo para nada? ¿no cree Ud. Que estando tan cerca del río Jordán pasemos y hagamos como dice el profeta Eliseo?
Fue la insistencia de estos criados lo que convenció a Naaman a ir al río, estando ahí, se bajo de su carruaje, se quito su capa, su yelmo, sus botas, su cinto, dejo su espada, su coraza una pieza tras otra hasta quedar en ropa intima.
Camino por la orilla del río y poco a poco se acercó a la profundidad suficiente para sumergirse, mientras todos sus siervos en la orilla viendo lo que sucedía con expectación.
Cuando Naamán se sumerge por primera vez, al salir del agua se mira y el milagro no había ocurrido. Intento salir a la orilla pero desde afuera los siervos le gritaban- Mi Señor solo faltan seis…
Dado el entusiasmo de estos criados el General de Ejército decide volver a sumergirse, al salir se mira y nada, pensó nuevamente esto no va a resultar pero desde afuera escuchaba el grito de sus siervos- solo faltan cinco… se sumergió una vez más y nada otra vez y nada hasta que solo quedaba la vez 7ma.
Los siervos le gritaban con más fuerza- Queda la ultima mi señor, una más… estos tenían más fe que el mismo enfermo.
Entonces Naamán se sumergió y estando dentro del agua, pensó y dijo: Señor de Eliseo soy leproso, la gente tiene miedo de tocarme, se aleja de mi, yo solo quiero volver a abrazar a mi esposa a mis hijos a mis amigos, no quiero seguir así con esta amargura, Señor si te place sáname.
Y al salir a la superficie del agua y se mira su piel fue reconstituida la enfermedad sanada, su piel quedo tan suave como la de un niño. Quedo completamente limpio.
Ahora a todos los presentes con fe les digo que existe un río espiritual, un río cuyas aguas limpiarán su mal sea cual fuere solo debes venir y sumergirte por fe y de rodilla una sola vez decirle al señor, Señor quiero ser limpio, reconozco que soy pecador, reconozco que sin ti no puedo vivir, reconozco que he vivido con la enfermedad del pecado en mi vida, pero desde hoy ya no más, no quiero mas tinieblas. Desde hoy me postro a tus pies y te recibo como mi único salvador.
No temas decirle a Dios cuanta falta te hace, no temas venir a él, hoy es el momento de hacer un pacto con Dios, hoy es el día de renovar los votos con tu Señor, hoy ha llegado la salvación a tu corazón.