jueves, 30 de septiembre de 2010

HAY UN RIO


(Adaptación Jimmy Swaggart)


Apocalipsis 22:1-2

La Iglesia fue fundada en el día de Pentecostés cuando el espíritu santo cayó como el sonido de un viento recio y todos los que estaban ahí fueron llenos del E.S. Pedro dio un discurso donde se convirtieron 5000 personas y luego vuelve a predicar y se convierten 3000 mil más, una iglesia compuesta por 7000 miembros, se organizó, llamó a hombres llenos del espíritu santo para que atendieran mesas, pues ellos debían dedicarse a lo fundamental,  es decir, a predicar la palabra.
Esta es una Iglesia poderosa donde el Poder del espíritu Santo se movía como un río, que empapaba a las personas y estas eran sanadas, limpiadas, transformadas, embellecidas, que hablaban con denuedo, con pasión, con autoridad y Dios a través de este río llamado espíritu Santo cimentó las bases de la iglesia de Nuestro Señor Jesucristo.

Este río inundó visiblemente hasta los años 60 d.C. cuando comenzó una tremenda persecución a todos aquellos que creían en el evangelio, los Apóstoles fueron muertos, torturados y condenados, sin embargo, el río seguía mojando a más y más que llevaban el evangelio de Jesús por muchos lugares transformando este río en un caudal sin fronteras y sin limites.

Un hombre llamado Pablo, llego con el evangelio hasta el mismo imperio romano y fueron muchos los que entendieron el misterio de la gracia renovadora que mojaba a todo aquel que creía en Nuestro Señor Jesucristo.

En el año 325 d.C un emperador romano llamado Constantino, organizó El Concilio de Nicea. El objetivo de Constantino era mantener unido el Imperio romano, en grave riesgo de división, unificando a las diversas ordenes religiosas que en ese momento se enfrentaban por distintas creencias. Existían dos corrientes cristológicas del cristianismo en aquel momento, que básicamente disentían en la relación y naturaleza del Hijo respecto al Padre:
          Que el Hijo de Dios era igual al Padre, es decir, ambos el mismo Dios. y
          El arrianismo, que sostenía que el Hijo, que se había encarnado en Jesús de Nazaret, era el unigénito de Dios y que por lo tanto tenía un origen, al ser la primera de las criaturas creadas. Es decir, Jesús se crea desde que es hecho hombre.
El río se presentó en este concilio y lo condujo a apoyar la postura que Jesús es igual al padre ambas una misma esencia, tal cual hoy creemos.

En el siglo V nuevamente la religiosidad golpea la mente del hombre preguntándose que relación hay entre Dios, Hijo y el Espíritu Santo, se acuña el vocablo Trinidad que interpreta el sentir de Dios en el hombre Dentro de la unidad de un Único Dios existen tres distintas personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Unos decían que el Espíritu Santo era inferior a Dios, otros que eran distintos, pero, los tres Padre, Hijo Y Espíritu Santo, comparten los mismos atributos y la misma naturaleza, por lo tanto estos tres constituyen el único Dios. Esta doctrina es la que conocemos hoy y también la compartimos pues aunque el hombre ha hecho concilios humanos el río sigue mojando para convencer al hombre de la verdad.

Pero no fue hasta el 31 de octubre de 1517, que el río empapó completamente a un hombre llamado Martín Lutero, quien se reveló contra la doctrina de su propia iglesia, condenándola por su avaricia y paganismo, pues su Iglesia vendía la salvación a través de “las indulgencias”
Las 95 tesis de Martín Lutero fueron traducidas rápidamente al alemán y ampliamente copiadas e impresas. Al cabo de dos semanas se habían difundido por toda Alemania y, pasados dos meses, por toda Europa. Así es como actuaba el río del Espíritu Santo en aquellos días, mojando, empapando, trayendo luz a los hombres en verdad y justicia, tal como lo hace hoy en día.
La Iglesia excomulgó a Lutero exiliándolo a un monasterio en Alemania, No obstante, el río no dejó solo a Lutero, sino lo empapo de tal modo que en exilio tradujo la biblia del latín al griego y del griego al alemán, logrando así que la mitad de Europa tuviera acceso a la palabra de Dios.
De esta reforma nace la iglesia Luterana, calvinista, presbiteriana cerca del año 1600, debo destacar la Iglesia Anglicana, que es una iglesia de origen Ingles, pues de esta 100 años más tarde nació la Iglesia Metodista, iglesia que se desarrollo rápidamente en todas sus colonias, especialmente en Estados Unidos, Originalmente convocó a trabajadores, granjeros, pobres y esclavos.
La Iglesia Metodista por fin llega a chile a fines del siglo IXX, desde el año 1880 en adelante esta iglesia promueve la Doctrina de los Apóstoles y el evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, sin embargo, era una Iglesia basada en liturgias, ritos y religiosidad  de predicadores sin gracia, solo dedicados al estudio de las escrituras. Era una iglesia con predicadores, sermones y congregaciones muertas. De fundamentalismo muerto, de religión muerta. Y no fue hasta principios de 1900, específicamente un 12 de Septiembre de 1909, 101 años atrás, que se levantaron corazones hambrientos de vida en espíritu y clamaban a Dios, esperando ser bautizados por el Espíritu Santo, y fue aquí cuando el río comienza a empapar a todos aquellos cuyos corazones esperaban más que solo ir a la iglesia, a aquellos que esperaban más que solo cantar en la iglesia, y esperaban más que solo asistir y ocupar un asiento dentro de la Iglesia.
Déjeme decirle que sin el poder del Espíritu Santo, la Iglesia es un lugar muerto, sin el poder Espíritu Santo la iglesia es aburrida, seca, sin vida y sin brillo, sin el Espíritu Santo la Biblia está cerrada, el Espíritu Santo hace de Jesús alguien vivo, Jesús se hace real, nos llena el corazón nos llena de vida, con el espíritu santo se abre el cielo y el río cae y empapa a todos aquellos que le anhelan; provocando cambios y transformaciones profundas desde el corazón. Todo lo que el río toca vive.
En esos años la iglesia Metodista no aceptaba la manifestación del espíritu Santo, sin embargo habían pruebas irrefutables que mostraban al Espíritu Santo, como fuente de sanidad, fuente de transformación de las personas y fuente de vida. Unos dijeron que esa manifestación del Espíritu Santo provenía del Diablo, otros que la gente estaba sugestionada, otros que exageraban y otros simplemente no creían en el histrionismo de gente fanática.
Fue así que en medio de acérrimas disputas, todos aquellos hombres y mujeres, que habían sido mojados por el río fueron expulsados de la iglesia Metodista, levantándose la iglesia Metodista Pentecostal, a través de hombres y mujeres que le creyeron al E.S. y es empaparon en el río.
Cuan equivocados estaban aquellos que no creyeron, aquellos que no sabían de donde proviene el río, pues en Apocalipsis 22:1-2 el Espíritu Santo entrega a Juan el Teólogo lo siguiente: después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, La fuente de este río nace del trono de Dios y del Cordero, entonces el Espíritu Santo proviene del mismo trono de Dios. El río nace del trono y baja a la tierra a mojar a todos aquellos que le buscan y déjeme decirle esto, todos aquellos que han rechazado el poder del Espíritu Santo están secos, pues no han sido mojados, y son realmente inútiles para el reino de Dios.
Ah UD me dirá “todos creemos en el Espíritu Santo”, entonces yo le digo si crees en el Espíritu Santo entonces donde esta la manifestación de este, si creen en él entonces porque no se manifieste en sus vida hoy y ahora. Si hermano, una persona sin el Espíritu Santo es como un predicador sin aliento, es como un automóvil sin gasolina, la iglesia sin el espíritu santo no es más que un club social, peeero donde está el Espíritu Santo de Dios hay vida, hay manifestación, hay operaciones, hay transformación de personas, los demonios huyen, los enfermos son sanos, caen lagrimas de los ojos en arrepentimiento y lo muerte no prevalece porque todo lo que toca el río vive.
Yo les pregunto ¿porque Dios ha manifestado su espíritu santo en hombres y mujeres humildes como nosotros, en iglesias humildes como las nuestras?, porque los grandes hombres no lo quieren, las grandes y opulentas iglesias no lo quieren, son orgullosos, se creen autosuficientes, no necesitan a Dios, según ellos lo tienen todo, por eso Dios se derramó en gente como nosotros, porque nosotros lo anhelamos lo necesitamos, lo buscamos, Dios halló gracia en nosotros por que lo dejamos entrar y ahí Dios dejo caer su gloria. Simplemente dejamos nuestro orgullo y nos presentamos a Dios como lo que somos, cuando vimos el río que proviene del trono de Dios y del Cordero nos acercamos y estando cerca de él nos arrodillamos y bajamos nuestra cabeza hasta beber sus aguas y cuando la bebimos y sentimos la llenura del gozo de la salvación en nuestra vida, fuimos por más, nos solo la bebimos sino también nos sumergimos, nos mojamos, nos empapamos y cuando lo hicimos pasamos de muerte a vida, cambiamos nuestra piel así como el general Naaman después de sumergirse 7 veces en el Río El Jordan, Fuimos hechos nuevos, recobramos fuerzas, fuimos llenos completamente.

Cuantos de los presentes han estado lejos del río, no hablo a los que no conocen el río, habló a los que hace tiempo que no se han arrodillado en el borde del río a beber, cuantos extrañan sumergirse y empaparse de su gracia, cuantos han perdido las fuerzas y están desanimados, les presento un río que nace desde el trono de Dios y del Cordero y cuyo caudal por fe en este momento está pasando en este pasillo, ¿lo ves? ¿Quieres ir por él? Ven y mójate en el río.