viernes, 11 de marzo de 2011

Traer a cristo a nuestro hogar

David era consolidado como Rey de Israel, todo un pueblo inclinaba su rostro frente a su potestad e imperio. A penas tenía 30 años, y detrás de él un reino a quien dirigir.
Todo su sequito esperaba con ansias las ordenes del Rey, y por fin David proclamaba su primer deseo como Rey. 
Como Rey deseo trasladar el arca del pacto desde Baala de Judá hasta la ciudad de Jerusalén, porque donde este el Rey de Israel ahí debe estar la presencia de Dios.
Sin ninguna, consideración ni estudio previo del asunto se dio camino en búsqueda del arca del pacto, pusieron el arca del pacto sobre un carro nuevo y direccionaron su camino a Jerusalén.
En medio del camino u tropezón de los bueyes que tiraban la carreta, hizo que Uza extendiera su mano para sostener el arca, sin embargo, la ira de Dios se encendió y cayó muerto junto al arca de Dios.
La situación no era sostenible, el murmullo era audible,  el Rey tomo una mala decisión al movilizar el arca de Dios. David temió que otra muerte se produjera por su mala decisión y de inmediato ordenó que se llevara el arca del pacto a la casa de Obed edom que era la más cercana del lugar.
Entonces, el arca de Dios permaneció con la familia de Obed-edom, en su casa tres meses; y bendijo el Señor a la familia de Obed-edom y  todo lo que tenía, su casa se convirtió en un lugar de bendición. Sin ninguna explicación razonable  los animales daban más leche, más lana, la tierra entregaba más fruto, el agua era más limpia y abundante, todo esto era el resultado de tener a Dios en casa.
Solo 3 meses pasaron desde que Obed fue bendecido y esto fue notorio, pues llegó la noticia al Rey, que Obed inexplicablemente había prosperado considerablemente en estos últimos meses.
David entendió que la representación de Dios, a través del arca del pacto era el motivo de la bendición de Obed, entonces, mando a llamar a los escribas y estudio detenidamente como debía hacerse el traslado del arca, comprendiendo que solo los del linaje de Leví y los descendientes de Aarón podían  manipular las cosas sagradas.
Entonces, organizó nuevamente una expedición para ir a buscar el arca del Pacto, y mientras la traía, el Rey David danzaba sin cesar, con el corazón lleno de gozo al saber que traía la bendición y la presencia de Dios mismo, a su casa.

Obed, quedó con una casa vacía, sin embargo, no quedó tranquilo sino que se fue a Jerusalén y se hizo portero de la entrada del arca. Sin embargo esto no fue suficiente y pronto le provocó un deseo de cantarle al Señor de agradecimiento y empezó a servir al Señor tocando un instrumento musical, para alabarlo tal como lo hacía su casa.
El secreto de la bendición, no son las aptitudes, no son la profesión, no son la habilidad técnica, sino que todo debe girar alrededor del arca,  es decir, alrededor de Dios.

 Si quieres ser bendecido debes llevar a Cristo a tu casa, debes llenarte de él, de esa manera Jesús abrirá las ventanas de los cielos y caerá bendición hasta que sobreabunda.




E